EL PAISAJE SERRANO EN IMÁGENES
Por Carlos Ramírez Hernández
Sólo cuando el último
árbol esté muerto,
el último río envenenado
y el último pez atrapado,
te darás cuenta que no
puedes comer el dinero.
Sabiduría
indoamericana
La práctica del senderismo nos ha dado la
oportunidad de caminar por los agrestes y escarpados espacios de la zona
montañosa cercana a la ciudad de Naolinco de Victoria, Ver., lugar de nuestra
residencia. A lo largo de nuestras caminatas hemos podido apreciar lo espectacular
y hermoso de los incontables paisajes que nos regala la naturaleza y que,
gracias a los recursos tecnológicos de que disponemos, podemos captar y
conservar en imágenes como invaluable tesoro. En esta ocasión comparto con
usted que amablemente visita nuestra página, estas fotografías del paisaje
serrano.
Hermosa vista de Rincón
de Chapultepec desde lo alto de la montaña.
Quienes integramos este pequeño grupo de
senderistas, hemos fortalecido los lazos de amistad y compañerismo que nos han
impulsado a realizar largas travesías por parajes escarpados y en ocasiones de
difícil acceso pero no exentos de belleza como lo muestra la fotografía que
antecede a estas líneas. La coincidencia en ideales ha hecho posible la
práctica de tan recomendable actividad, que nos impulsa a seguir incursionando
por la accidentada geografía serrana de esta parte del estado de Veracruz.
Imponente macizo rocoso
en la cercanía de Alto Lucero.
El paisaje serrano tiene su propio encanto como
lo muestra esta fotografía tomada cuando bajábamos la cuesta que conduce hacia
la comunidad de Cerillos de Díaz. Desde ahí se aprecia lo impresionante de esa
conformación rocosa en cuyas faldas se alcanza a ver parte de las fincas de mango,
exquisita fruta del trópico que se produce en esa zona.
De izquierda a derecha:
Arturo, Carlos, Daniel, Rafael y Martín.
Nuestro grupo se ha significado por elaborar un
relato escrito que al final de cada caminata hacemos de manera rotativa y que
conservamos todos por igual. Ello nos ha permitido integrar pequeños
cuadernillos que contienen todas las vivencias, incidentes (por fortuna no
graves), anécdotas, comentarios diversos, etc. que, complementados con las
fotografías que de cada caminata tomamos, constituye un modesto pero valioso
registro que aquilatamos muy especialmente quienes en cada evento participamos.
Impresionante el paisaje que se extiende a nuestras
espaldas.
La
sierra de Chiconquiaco ofrece una diversidad de paisajes que recogen –entre
otros rasgos- la tranquila vida de las comunidades allí asentadas y custodiadas
por la presencia impresionante de las montañas que las rodean. La niebla, como
inseparable compañera, es el suave velo que invariablemente suele envolver al
paisaje serrano.
Inconfundible la presencia del bosque mesófilo de
montaña.
A
pesar de la incontrolada y clandestina
tala que lamentablemente se practica, todavía es posible encontrar extensas
áreas boscosas que constituyen, sin duda, una invaluable riqueza que es
compromiso de todos preservar, tomando en consideración los enormes beneficios
que aportan tanto para la vida animal como para la vida humana en general.
El verde de la montaña es incomparable.
La
humedad que guarda el suelo montañoso hace posible que el campo siempre se
cubra de verde y dé una sensación de frescura como
lo muestra la anterior fotografía. Resulta sumamente agradable caminar por
estos senderos a través de áreas boscosas y por lo tanto sombreadas. La montaña
tiene su propio encanto e invita a disfrutarla.
Una casita enclavada en pleno corazón de la sierra.
En
nuestras travesías por la zona montañosa, hemos encontrado pequeñas y rústicas
construcciones que parecen desafiar el
paso del tiempo y sobrevivir entre lo escabroso del paisaje serrano. Una vida
tranquila y apacible parece envolver a quienes habitan esta ensoñadora casita
de la montaña.
El
Cerro de Acatlán y al fondo el Cofre de Perote y el Pico de Orizaba.
El
paisaje serrano nos regala imágenes como ésta en la que los elementos a
destacar lo constituyen las montañas. Resulta difícil imaginar un paisaje
serrano sin la presencia inconfundible de esas elevaciones orográficas. Esta
fotografía fue tomada desde un recóndito lugar de la sierra de Chiconquiaco.
Agua cristalina y fresca que baja de las montañas.
En
nuestras caminatas por la sierra es frecuente encontrar pequeños arroyos o
escurrimientos de agua que, al unirse tierra abajo, forman ríos que en
temporada de lluvias aumentan considerablemente su caudal. Por desgracia son
pocos los arroyos o ríos con un agua tan envidiable como el que muestra la
fotografía.
La belleza incomparable del paisaje serrano es única.
La
sierra de Chiconquiaco –como todas- muestra su rostro escarpado e imponente y
se constituye en un verdadero reto para quienes practicamos el senderismo. Caminar
por aquellos rincones es una experiencia que vale la pena vivir.
El grupo de senderistas
antes de iniciar una caminata.
Agradecemos sus
comentarios en la dirección: senderismocamarada97@hotmail.com