domingo, 27 de abril de 2014




EL PAISAJE SERRANO EN IMÁGENES
Por Carlos Ramírez Hernández


Sólo cuando el último árbol esté muerto,
el último río envenenado y el último pez atrapado,
te darás cuenta que no puedes comer el dinero.
Sabiduría indoamericana

La práctica del senderismo nos ha dado la oportunidad de caminar por los agrestes y escarpados espacios de la zona montañosa cercana a la ciudad de Naolinco de Victoria, Ver., lugar de nuestra residencia. A lo largo de nuestras caminatas hemos podido apreciar lo espectacular y hermoso de los incontables paisajes que nos regala la naturaleza y que, gracias a los recursos tecnológicos de que disponemos, podemos captar y conservar en imágenes como invaluable tesoro. En esta ocasión comparto con usted que amablemente visita nuestra página, estas fotografías del paisaje serrano.

Hermosa vista de Rincón de Chapultepec desde lo alto de la montaña.

Quienes integramos este pequeño grupo de senderistas, hemos fortalecido los lazos de amistad y compañerismo que nos han impulsado a realizar largas travesías por parajes escarpados y en ocasiones de difícil acceso pero no exentos de belleza como lo muestra la fotografía que antecede a estas líneas. La coincidencia en ideales ha hecho posible la práctica de tan recomendable actividad, que nos impulsa a seguir incursionando por la accidentada geografía serrana de esta parte del estado de Veracruz.

Imponente macizo rocoso en la cercanía de Alto Lucero.

El paisaje serrano tiene su propio encanto como lo muestra esta fotografía tomada cuando bajábamos la cuesta que conduce hacia la comunidad de Cerillos de Díaz. Desde ahí se aprecia lo impresionante de esa conformación rocosa en cuyas faldas se alcanza a ver parte de las fincas de mango, exquisita fruta del trópico que se produce en esa zona.

De izquierda a derecha: Arturo, Carlos, Daniel, Rafael y Martín.

Nuestro grupo se ha significado por elaborar un relato escrito que al final de cada caminata hacemos de manera rotativa y que conservamos todos por igual. Ello nos ha permitido integrar pequeños cuadernillos que contienen todas las vivencias, incidentes (por fortuna no graves), anécdotas, comentarios diversos, etc. que, complementados con las fotografías que de cada caminata tomamos, constituye un modesto pero valioso registro que aquilatamos muy especialmente quienes en cada evento participamos.

Impresionante el paisaje que se extiende a nuestras espaldas.

La sierra de Chiconquiaco ofrece una diversidad de paisajes que recogen –entre otros rasgos- la tranquila vida de las comunidades allí asentadas y custodiadas por la presencia impresionante de las montañas que las rodean. La niebla, como inseparable compañera, es el suave velo que invariablemente suele envolver al paisaje serrano.
 
Inconfundible la presencia del bosque mesófilo de montaña.

A pesar de la incontrolada  y clandestina tala que lamentablemente se practica, todavía es posible encontrar extensas áreas boscosas que constituyen, sin duda, una invaluable riqueza que es compromiso de todos preservar, tomando en consideración los enormes beneficios que aportan tanto para la vida animal como para la vida humana en general.

El verde de la montaña es incomparable.

La humedad que guarda el suelo montañoso hace posible que el campo siempre se cubra   de verde y dé una sensación de frescura como lo muestra la anterior fotografía. Resulta sumamente agradable caminar por estos senderos a través de áreas boscosas y por lo tanto sombreadas. La montaña tiene su propio encanto e invita a disfrutarla.
  
Una casita enclavada en pleno corazón de la sierra.

En nuestras travesías por la zona montañosa, hemos encontrado pequeñas y rústicas construcciones  que parecen desafiar el paso del tiempo y sobrevivir entre lo escabroso del paisaje serrano. Una vida tranquila y apacible parece envolver a quienes habitan esta ensoñadora casita de la montaña.

                                            El Cerro de Acatlán y al fondo el Cofre de Perote y el Pico de Orizaba.                                              

El paisaje serrano nos regala imágenes como ésta en la que los elementos a destacar lo constituyen las montañas. Resulta difícil imaginar un paisaje serrano sin la presencia inconfundible de esas elevaciones orográficas. Esta fotografía fue tomada desde un recóndito lugar de la sierra de Chiconquiaco.

Agua cristalina y fresca que baja de las montañas.

En nuestras caminatas por la sierra es frecuente encontrar pequeños arroyos o escurrimientos de agua que, al unirse tierra abajo, forman ríos que en temporada de lluvias aumentan considerablemente su caudal. Por desgracia son pocos los arroyos o ríos con un agua tan envidiable como el que muestra la fotografía.

La belleza incomparable del paisaje serrano es única.

La sierra de Chiconquiaco –como todas- muestra su rostro escarpado e imponente y se constituye en un verdadero reto para quienes practicamos el senderismo. Caminar por aquellos rincones es una experiencia que vale la pena vivir.

El grupo de senderistas  antes de iniciar una caminata.

Agradecemos sus comentarios en la dirección: senderismocamarada97@hotmail.com

lunes, 3 de febrero de 2014



NUESTRAS CAMINATAS: CADA IMAGEN, UN RECUERDO.
Por Carlos Ramírez Hernández


Cuando todos los días resultan iguales,
es porque el hombre ha dejado de  percibir
las cosas buenas que surgen en su vida
cada vez que el sol cruza el cielo.

Paulo Coelho
Escritor brasileño


En los albores de año 2014, surgió en mí el deseo de insertar algunas de las fotografías más emblemáticas que identifican a muchas de las caminatas que mis compañeros y yo hemos realizado desde hace varios años.
Hemos tenido la oportunidad de captar fotográficamente aquellos paisajes que la accidentada orografía de esta parte del Estado ofrece y que pongo a la consideración distinguida de quienes nos honran con su visita a nuestra página.
Dieciséis años se han cumplido desde nuestra primera incursión en la práctica del senderismo, recorriendo veredas y senderos, por las laderas de los cerros y a través de bosques o cruzando potreros, a veces bajo un sol inclemente o bajo la pertinaz llovizna, en ocasiones soportando las ráfagas de viento o envueltos en el blanco manto de la niebla hasta alcanzar los objetivos propuestos. Cargando nuestras mochilas, portando nuestras cámaras fotográficas y apoyados en nuestros bastones, nos hemos internado a través de las extensas y cálidas tierras de las zonas bajas y de las escabrosas y agrestes regiones de la parte serrana.
Han sido travesías no exentas de retos que han puesto a prueba nuestra capacidad física, sobre todo cuando los recorridos son largos y agobiantes.
La práctica de esta recomendable y saludable actividad, ha fortalecido los lazos de amistad que desde hace años nos unen y nos impulsan a seguir caminando por estos lares en estrecha comunión con la naturaleza.
Ocasión propicia es esta para que, a nombre de mis compañeros Arturo, Daniel, Martín y Rafael, exprese a usted, paciente lector, nuestros sinceros deseos y parabienes con motivo del año que ha inciado, haciendo votos porque siga acompañándonos a través de los textos que se registran en este espacio. ¡Felicidades y gracias por consultar nuestra página!


Hermoso paisaje en las cercanías de Alto Lucero.


Ruinas del templo de Santa María.


El cerro de Acatlán y al fondo el Cofre de Perote.


El “Machu Picchu” de la sierra de Chiconquiaco.


Bonita postal de las tierras bajas.


Un atardecer con amenaza de lluvia.


El emblema nacional corona la cima del árbol.


Paisaje otoñal en la montaña.


Escultórico tronco de un “palo mulato”


Vista parcial de Laguna Honda.


Túnel formado por el ramaje de los árboles.


Vista de la serrana comunidad de El Huérfano.


Centenario puente en la congregación de Tenampa.


Pequeñas caídas de agua en la cañada de Actopan.


Jilotepec visto desde el libramiento.


Detalle de la hermosa vegetación de la cuesta de El Pesmón.


El grupo de senderistas en la foto del recuerdo.